Una cafetería. Desdoblas el periódico vespertino, y soplas la taza de café amargo. Estás sentado frente al cristal, que difumina a los transeúntes a causa del vaho. Ya hace frío. Sonríes para tí, y contemplas la calle, gris, helada.

Narices rojas se esconden bajo las bufandas, en un intento casi nulo de sobrevivir al frío.

Das un trago largo a tu café.

El día no ha hecho más que empezar.

Últimamente sueño mucho con Navidad.

En 3 días, he perdido 2 de las cosas más importantes que tengo...

Tú... No me faltes nunca tú.

Como si la lluvia pudiera borrar todos los errores. Pfáh. Haru, eres gilipollas.




Por fín llegó la lluvia. Y junto a ella los dolores de cabeza, los disgustos, y las noches enteras despierta. En realidad creo que eso nunca llegó a irse. Jodido puente de mierda. Tengo ganas de escribir. Escribir, escribir, escribir... Pero, dah. Eras tú mi batería para hacerlo..
Y, ¿sabes qué? Te echo de menos.

... e intuición. Los odio.
Porque es odioso, en éstas ocasiones, un "lo sabía".

Appa me ha llevado a un Starbucks♥. Siempre lo hace cuando sabe que estoy triste.

Frío, frío, termina de venir.

Por todas las veces que lo que decimos, no es lo que queremos expresar.
Malditas palabras, y maldita su limitación de significados.

Y maldito también, mi orgullo, inexistente hasta hoy.

Horas enteras pegada a 혼.

Quiero lluvia. Días enteros abrazada a una manta. Y mirar por la ventana y ver cómo se inunda el mundo, y sentirme protegida en mis cuatro paredes.
Y seguir pensando en tí.


Y joder, os amo, Epik High.