Lesson One

Hoy por fín me he dado cuenta dónde está mi problema. Mi problema no es el mundo, como solía pensar, Mi problema radica directamente en mí. En mí y en mi ansiosa manía de tender a perfeccionar lo que no soy capaz siquiera de hacer.
Es increíble la facilidad con la que una tarde perfecta se puede joder leyendo y escuchando Epik High a solas, en el metro. A solas. A solas es cuando me doy cuenta de todas éstas cosas. Cuando soy capaz de mirar al frente, y verme reflejada en los cristales de el metro. Cuando leo cualquier estupidez, y escucho con atención palabras que a pesar de no ser capaz de entender, me transmten mucho más de lo que cualquier persona con largas explicaciones puede contarme.
Estoy harta de mi rutina. Qué coño, me quejo de vicio. No, ya no vivo mal. Mi vida ya no es un infierno. Podría decir que vivo hasta de forma acomodada, de nuevo. pero para qué entrar ahí, saldría perdiendo. Simplemente me gusta ser tan depresiva como mi flequillo es capaz de hacerme. Patético.


Qué ganas tengo de desaparecer... Y de escribir. De escribir todo cuanto mis dedos sean capaces de soportar. Vaciar la cabeza sobre el teclado, no de forma literal, por supuesto.

0 comentarios:

Publicar un comentario